Parece que a Tuco le gustó la salida con Pablo al río.
Y le ha convencido para darse otra escapadita matinal.
No se si esta vez será tan fácil.
Por eso Alejandra está dispuesta a darles un empujoncito, si es necesario, para que puedan llegar a la cima de un monte que nos queda muy cerquita: la Cerica.
Muchas gracias a Alejandra y a Pablo por cuidar de nuestros curiosos amigos.
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